sábado, febrero 10, 2007

Cuando los ojos se encuentran




Pasó tiempo antes de que se volviera hacia mí y nuestros ojos se encontraron.

Cuando una sonrisa iluminó sus rasgos, corrí a su lado y le dije:

- Acepta que te acompañe.

- ¿Qué te impulsa a ello? - me preguntó, a lo que respondí tras un momento

de duda:

- Estoy cansado del mundo. Deseo huir de él.

Ella dijo con claridad:

- El amor del mundo es el núcleo de nuestra hermandad, y nuestro enemigo

es la huida.

Y sentí que salía de la estación de la perplejidad.


Tomado del libro “Diálogos del atardecer”
del premio Nobel
Naguib Mahfuz
(egipcio)

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