martes, marzo 13, 2007

No te cases, ni te embarques...que las hay, las hay...





Según el Diccionario de la Real Academia, la palabra superstición viene del latín superstitio, y significa:“una creencia extraña a la fe religiosa y contraría a la razón”. También se define como una “fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo”. Pero al margen de las enunciados, desde que el hombre habitó la Tierra, las supersticiones y el pensamiento mágico se relacionaban con la religión, y todos los pueblos se valían de ellas para explicar los hechos desconocidos o aquellos que no lograban comprender. Desde la Antigüedad, tanto los egipcios como los romanos y los griegos, la practicaban de diferentes maneras mezclada con la magia y la adivinación. Tanto es así, que muchas de las creencias que aún están arraigadas en nuestra época provienen de aquellas culturas.

Cuando se le atribuye todo a la mala suerte o a tal o cual mito, se pierde la implicancia de lo propio y de la consecuencia de los actos de cada uno.Pareciera que es  mejor pensar que el otro puede tener la culpa y que, es más fácil delegar la responsabilidad de lo que nos sucede.

La que más adeptos tiene alrededor del mundo es la que rodea al número 13. La elección del número
no es caprichosa y su origen tiene varias explicaciones en la Historia. La más conocida de ellas se remonta a la época de Cristo y la Ultima Cena, en la que había trece comensales. Pero existe una leyenda anterior a esta. En la Mitología noruega hay un episodio en el que doce dioses celebraban
un festín cuando Loki, el espíritu de la discordia, apareció entre ellos y provocó una pelea que
terminó con la muerte de Balder, el favorito de todos. Si por azar encima cae martes 13 en el
calendario, puede ser fatídico para los que siguen puntualmente estas creencias.
Esto se relaciona con la Mitología griega en la que el Dios de la guerra era Marte y, además,
es el día regido por el planeta rojo, que significa la destrucción. Ahora, si ustedes se encuentran en Norteamérica, la historia cambia y en vez de martes el de la mala suerte es el viernes. La tradición anglosajona se basa en que Cristo fue sacrificado ese día, y de ahí nació la saga de películas
de terror Friday the 13th, que para que los espectadores se interesen en verla, en nuestro país
se traduce como Martes 13. A partir de estas historias se creó el dicho martes 13, no te cases ni te embarques, y se ha casi demonizado a este número hasta el punto de que hay muchos hoteles internacionales que omiten el piso decimotercero y saltan directamente del 12 al 14.

Otra idea arraigada en nuestra cultura es la que dice que pasar por debajo de una escalera
trae mala suerte, y elimina las posibilidades de casarse durante ese año. En realidad no es ilógico
evitar caminar por debajo, ya que algo puede caerse, inclusive la escalera, pero la superstición
va más allá de eso.
El verdadero origen está relacionado con la figura triangular que forma
cuando se apoya contra la pared, lo que se interpreta como la Santísima Trinidad.
Irrumpir en ese trío sagrado es de mal augurio.
También los egipcios tenían su tesis sobre
este elemento, y de ahí que las tumbas se construían en forma de pirámides,
ya que esta formaayudaba a los muertos a hacer su ascensión al cielo.
Ya más adelante, en la Europa del siglo
XVII, la idea se vio reforzada porque los criminales condenados a la horca eran obligados
a pasar por debajo de una escalera antes de ser ajusticiados por sus verdugos.

¡Siete años de desgracia! Es una de las frases que más aterroriza y se pronuncia en todo
el hemisferio occidental cuando se rompe un espejo. Si se quiebran dos, serán 14 años,
y así se irá sumando sin límite. Entre las explicaciones más antiguas se encuentra la que
dice que como el espejo se utilizaba en Grecia para hacer craptomancia, si se rompía
significaba la muerte. Además, está relacionado con la idea de que el reflejo que produce es
como el alma de quien se mira, y que si la imagen se quiebra, su vida está en riesgo.

 
Como los primeros espejos fabricados en Venecia, Italia, tenían un baño de plata,
eran una mercancía muy cara. Las damas burguesas para cuidar sus valores les decían a sus
criadas que si rompían un espejo tendrían 7 años de mala suerte.
Así, terror de por medio, se creó el mito, que aún hoy y a pesar de que los espejos son
más baratos, sigue calando hondo en la gente.

Dentro del reino animal hay varias especies a las que se las asocia con la buena o mala suerte.
Sin lugar a duda, el que más ha sufrido el desprecio de los supersticiosos es el gato negro.
Si bien en el antiguo Egipto eran considerados la reencarnación de los dioses, y venerados
por ello, hubo un momento en la historia en el que su fortuna se dio vuelta.
Según la leyenda, el emperador chino Lyn Hi Tian tenía sólo una hija, que poseía como
mascota a un gato negro. Un día, cuando el animal se escapó, el rey dijo que todos los
que viesen pasar al gato negro y no lo atrapasen, serían ahorcados. Como era difícil de capturar,
surgió el dicho que cruzarse con el animal era de mala suerte, y tomando al pie de
la letra el edicto de su majestad, era mortal.

La sal derramada. ¿Cuántas veces al barrer la cocina después de las comidas maldecimos a
ese familiar supersticioso? Se dice que si se derrama sal en la mesa hay que tirar un poco por
detrás del hombro, pero ¿de dónde viene esa idea?
Su origen tiene varias raíces y la más antigua está vinculada con el aspecto económico: en la Antigüedad, este mineral era utilizado como moneda de cambio.
También el episodio de la Ultima Cena está presente aquí, ya que se dice que durante ese evento
Jesús dejó caer el salero sobre la mesa. De ahí el dicho “quién involuntariamente tire el salero, derramará tantas lágrimas como granos de sal hayan caído sobre la mesa”.

En Estados Unidos, besarse debajo del muérdago la noche de Navidad, asegura que el amor
perdure en una pareja. Esta creencia se remonta a la cultura celta, en la que se pensaba que
esta planta tenía poderes mágicos.
Se dice que Balder, el dios de la paz, fue asesinado con una flecha de muérdago, y los demás dioses conmovidos por el llanto de su amada, le devolvieron la vida para que se quieran eternamente.

Otra superstición, pero de Europa, es la que asegura que el amarillo está prohibido en el teatro
por ser de mal augurio. Se dice que el gran actor Moliere murió vestido de ese color luego d
e representar una obra, y desde entonces es un tabú sobre las tablas.

Brasil también es conocido por ser un país con muchas creencias, y una de las más populares
es la que recomienda vestirse de blanco para recibir el Año Nuevo limpio y renovado.
También se acostumbra, esa noche, saltar 12 olas seguidas y por cada una pedirle un deseo a
Jemanja, la diosa del mar, que lo cumplirá.

En algunos pueblos de Galicia, se creía que durante la noche de bodas, el que apagaba la luz de la habitación a la hora de dormir, moriría antes que su compañero.

En Egipto, los escarabajos eran adorados y se los consideraba insectos curativos y de buena suerte. Por esta razón, pisar a uno de estos animales es de mal augurio y puede causar lluvias y tormentas.

Se cree que otra señal relacionada con los cambios de clima es cuando algún petrel o gaviota
sobrevuela una embarcación en altamar. Esta idea viene de la época de la navegación a vela,
en la que se creía que los marineros muertos reencarnaban en estas aves.

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