lunes, enero 15, 2007

Serà asì?


Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.

Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.

Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y
aceptarte para aceptar, ya que nadie da lo que no tiene dentro de sí.



Ninguna relación podrá darte la paz que tú tienes que crear en tu interior.

Ninguna relación te brindará felicidad que tú no construyas.

Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle con total
convencimiento y sin el más mínimo enganche, o ironía:



"No te necesito para ser feliz".



Pero no se te ocurra agredirlo, verbalizando esto frente a él o ella,

si sabes que de no comprenderlo, herirías innecesariamente sus sentimientos.



Sólo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices amar y a quienes, si mucho, quieres.

(El que quiere cosas y personas -o sea quien hace apegos- es el ego).



Sólo se produce más felicidad en pareja, cuando dos personas felices se unen para compartir su felicidad.

Difícilmente ocurre cuando cada uno pretende que el otro lo haga feliz.



Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima

y la práctica de una libertad responsable.

Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas

nuestras expectativas es una fantasía narcisista que sólo trae frustraciones.



Por eso, ámate mucho, madura, y cuando puedas decirle al otro:

"Sin ti también la paso bien"...

ese día estarás en mejores condiciones para vivir en pareja.



Muchas veces buscamos una pareja para escapar de nuestra soledad.

No nos sentimos bien estando solos y nos parece que sin otro ser

nuestra vida no tiene sentido. Para sentirnos valiosos e importantes, nos

abrazamos a una relación y si ésta se rompe nos sentimos morir un poco.



¿Por qué buscamos muletas?

¿Por qué creemos que sólo estando en pareja podemos lograr sentirnos felices?



Podemos empezar a trabajar con nuestro interior...

Podemos aprovechar nuestra soledad para crecer por dentro...

Podemos comenzar de pronto algo que veníamos postergando por falta de tiempo...

Podemos... Podemos darnos cuenta que somos importantes, más allá de nuestra pareja.



Sólo estando bien por dentro podemos atraer a nuestra vida personas valiosas.



Nuestra autoestima se refleja en nuestras compañías y es por eso que

muchas veces nos preguntamos por qué estamos al lado de esa persona...

Por qué nos gobierna, nos maneja y hace con nosotros lo que quiere...



Es importante aprender a querernos, a mimarnos, y por sobre todo tratar de agregar, cada día, una pizca más de amor por nosotros mismos.

Esto no es egoísmo... Egoísmo es pretender que el otro cambie...

Para yo poder sentirme bien. Sin esfuerzo de mi parte...



Para poder amar a otra persona PRIMERO tenemos que aprender a amarnos.

La persona más importante en el mundo, y a la única que sí puedo cambiar,

es a mí mismo.



No empezamos a amar cuando encontramos una persona perfecta,

sino cuando aprendemos a amar perfectamente a una persona imperfecta...



Como venimos siendo todos, ¿no?

Y está el asunto de ponerse en los zapatos del otro...

Aquél sueño de príncipe o princesa azul, que yo quiero...

¿Como qué estaría haciendo conmigo...?

¿Has oído hablar de la actitud del embudo:
ancho para mí, estrecho para el otro...?

Firmado solamente por "Su amigo de la red", este texto ha circulado por
lo menos desde los primeros días de 2006.






 

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola cariño...pues el que escribió esto desde luego sabía de lo que hablaba....da en las claves o clave...la autoestima¡¡¡
esa es la clave
y tiene razon en todo cuanto dice..pero cuesta mucho no pdepender de los demas...dice narcisismo....no se si eso es narcisismo pero efectivemten es una actitud egoista...pero mas por miedo debido a nuestra baja autoestima q a nuestro nrcsisismo creo yo
de todas maneras...haré acto de conciencia e intentaré quererme cada dia un poquito mas y necesitar a mis amigos un poquito menos
te quiero hermana,
ross