sábado, diciembre 02, 2006

Si soy tan inteligente... ¿por qué me enamoro como una imbécil?

Este es el título de uno de los tantos libros que escribió
Gabriela Acher.
 En el describe el romanticismo como una enfermedad :

En principio nos anula nuestra propia personalidad, creo que muchas
veces nos anula el raciocinio y sobre todo nos aliena de nosotras mismas.
Somos capaces de hacer cosas que no tienen que ver con nuestra naturaleza."
Afirma que el enamoramiento es algo cultural.
Yo creo que es algo que se transmite por las madres, pero fundamentalmente por la cultura. No te olvides que esta cultura nos ha hecho a nosotras dueñas del amor y a ellos dueños del dinero. No sé si hicimos un buen negocio (risas). Si Dios le dio la billetera a los hombres y el útero a las mujeres no estamos bien paradas en la vida.

Creo que el Dios es tan femenino como masculino, pero si tengo que buscar una imagen de Dios, una mujer pariendo me parece mucho más cercana a la creación que ninguna otra imagen. Yo creo que viene una época de lo femenino, un nuevo mundo más feminizado pero por una necesidad de equilibrio. El mundo está muy inclinado hacia lo masculino, es muy patriarcal y las mujeres no tenemos ni siquiera una imagen divina en ninguna cultura, en ninguna religión y esto ha disminuido mucho nuestro alimento espiritual como mujeres. Hemos tenido siempre que responder a una imagen masculina, Dios es un señor con barba que nos juzga desde lo alto. Empezando por ahí, tenemos el condicionamiento cultural de las religiones, y de las leyes que nos han hecho creer que por más que seamos exitosas en lo profesional, sintamos que nuestra vida no está completa si no somos exitosas en el amor.
Para mí el príncipe azul tiene que ver con una princesa escondida en una torre a la cual hay que salvar de algo. Pero ésta es una imagen antiquísima que no tiene nada que ver con las mujeres de hoy. Necesitamos nuevos mitos y nuevas imágenes de mujeres poderosas y exitosas en la vida y en el amor, porque hoy en día parecería que las dos cosas no se pudieran juntar. Los mitos antiguos del príncipe azul ya nos aprietan de sisa a las mujeres de hoy.
La búsqueda de ese príncipe azul idealizado desvía a las mujeres de la verdadera búsqueda, la de ellas mismas.
Es una anestesia cultural creada para que no nos ocupemos de nosotras mismas. El miedo del hombre hacia el feminismo es infantilismo en realidad. Ellos tienen el deseo de una mujer madre por siempre ocupada totalmente de ellos, entonces cuando la mujer se ocupa de sí misma ellos tiemblan. En cambio yo creo que tenemos que crear nuevos vínculos, nuevas relaciones más igualitarias, donde un hombre y una mujer puedan ser cada uno completos en sí mismos. Además las mujeres siempre vamos a querer amar, es parte de nuestra naturaleza, cosa que el varón desconoce y por eso le hace temer. Es algo tan excelso lo que pasa en el cuerpo de la mujer que el varón ha necesitado apoderarse de ese milagro y esconderlo dentro de casa, y eso nos ha alejado de nuestro propio poder. Ser mujer es algo muy poderoso, un cuerpo femenino es lo más cercano a la divinidad que existe en la tierra.

El romanticismo no es innato, sino que se alimenta desde sectores masculinos para que las mujeres no despierten.Por miedo. El patriarcado nació por miedo. Si vos estás seguro de vos mismo no necesitás someter a nadie. La necesidad de someter viene del miedo al poder del otro. Mi teoría es que el hombre primitivo se debe haber asombrado muchísimo de lo que pasaba en el cuerpo de la mujer y no debe ni siquiera haber sabido cuál era su participación en eso. Entonces ese miedo hizo que redujera por la fuerza física a la mujer porque en ella sucedía algo que él no comprendía, y esto sigue sucediendo, aunque mucho más sutilmente. Para los varones la mujer es un misterio insondable. Entonces la necesidad de dominio del patriarcado tiene que ver con el miedo al poder de la mujer.
Para mí el humor fue la supervivencia, mi salvoconducto, me salvó de mí misma, me salvó de no ser una víctima, porque cuando pude reírme de mi propio dolor, de mis propias angustias, contradicciones y equivocaciones, salí del lugar de víctima, puse la cámara en otro lugar, y cuando se hace esto se ve otra película. Y eso fue lo que me pasó con el humor.
 GABRIELA ACHER



Si soy Tan Inteligente por que me Enamoro - Gabriela Acher

La Dra. Prudence Esceptic del Instituto Latinoamericano de Investigaciones SPM (Soltera Pienso Mejor) ha logrado aislar al escurridizo virus del romanticismo. Se trata de un virus que ?como la celulitis? ataca sólo a las mujeres y produce un ancho surco de color rosa en el cerebro de la víctima, provocándole febriles alucinaciones como ver príncipes en los sapos, la ilusión de que un hombre es diferente a otro, etc. Para la doctora, la muerte de Marilyn no fue un crimen ni un suicidio sino un caso típico de romanticidio. Si no, ¿cómo se explica que haya creído ciegamente en las promesas de un casado que además... ¡era presidente!?

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