viernes, diciembre 08, 2006

Orlando Barone nos da:Recomendaciones impías para las fiestas






Recomendaciones impías para las fiestas



12/08/2006 - 10:57:00

Autor:Orlando Barone







No obligarse a pasar las fiestas con esa cuñada maledicente o
esos parientes amarretes que se comen todo y solo llevan
una bolsita de garrapiñadas de oferta.

No comprometerse a viajar a una casa de Loma del kinoto
porque el regreso es largo y arduo. No adherir a
amontonamientos promiscuos sin ton ni son, donde no hay
un solo punto de coincidencia entre unos y otros, y ni el
facilitador del rey podría hacer nada por unirlos.
La familia unita es la utopía de la utopía.

Aconsejarles a esas tías de gastronomía básica elemental
a renovar sus recetas. El canal Gourmet y Utilísima están
al alcance de cualquiera. Décadas de monótonos piononos,
de tortas pascualinas humedosas, de pecetos gordos mechados,
de vittel toné pastoso y de tomate relleno con masacote
de mayonesa. Basta. Por piedad. Hay en la gastronomía del
mundo más de cien mil platos diferentes.

Y basta de pollo de planta de montaje. De pollo color morgue
de gusto neutro, aglomeración de grasa y constitución nonata.
Se puede hacer una fiesta modesta y creativa. Y hasta estar
solo antes que acompañado a desgano. Y mejor acostarse
temprano que aburrirse con los mismos chistes de familia
hasta la madrugada.
En vez de engullir, degustar.
En vez de atosigarse, elegir.

Un medio ayuno no mata a nadie que cada día ingiere
más calorías que un refugiado sub sahariano en una semana.

Una ostra, un langostino, una envidia
con queso azul cuestan menos que llenarse el
plato con achuras de colesterol malo mayorista.

No arriesgarse a descorchar una sidra de un peso cincuenta
sin antes ponerse un casco de minero y una máscara
de soldador. El corcho de esa clase de sidra sale
disparado con más violencia que un misil de destrucción masiva.
No encender al lado de la cuna del bebe petardos
ni rompeportones de factoría china de mano esclava.
No agitarle delante de los ojitos estrellitas encendidas.

No acercar el oído al barril de cerveza para a
uscultarle la presión creyendo que tiene poca.

No ponerle, al clericó de vino de damajuana,
todo el paquete de azúcar y la media sandía insolada comprada
en el terraplén al borde del camino negro.
No empinarse la jarra de golpe sin tener a mano
un asmapul y un tubo de oxígeno como los de Sandro.
No darle al abuelito a comer turrón duro sin marca
elaborado con granito y roca volcánica,
porque se quedará sin sus tres últimos dientes.
No hablar mal de nadie. Ni siquiera del Gobierno.
Si esto se cumple es ya una hazaña.
Mandarle un beso a los uruguayos y
uno más fuerte a Botnia y a Tabaré Vázquez.
Acordarse de que la Navidad es una fiesta dulcemente cristiana.



http://www.continental.com.ar/noticias/366083.asp

 Adorable! Barone!!!!

No hay comentarios.: