sábado, diciembre 02, 2006

Mirada de Beatriz Goldberg: Como convivir con un andropáusico


Con un estilo fresco y "burbujeante" -que colaboran para lograr las divertidas ilustraciones
que acompañan el texto-, este libro de la reconocida psicóloga Beatriz Goldberg
brinda información imprescindible y nos abre la puerta de un mundo casi secreto:
el de los hombres que han entrado en la edad crítica. Sí, ellos también atraviesan
la "crisis de la edad madura", ellos tienen su propia "menopausia masculina".
Para poder distinguir géneros, sobre la base de "menopausia" (eso sí, contraviniendo
algunas reglas gramaticales) se creó el término que da nombre a esa difícil etapa.
Los señores sufren de... andropausia.

Sobre este tema, la sociedad calla. Si se ha instituido que a una mujer no
se le debe preguntar la edad, más aún lo está que los hombres no
envejecen con nuestro mismo ritmo. Ellos "maduran", "adquieren experiencia",
"viven", pero la "edad de los calores o sofocones" es un patrimonio
exclusivo del género femenino.

La autora termina con este mito machista que también las
mujeres se encargan de sostener con su silencio o su falta de
conocimiento de los cambios físicos y psicológicos que sufren
los varones que han pasado los 45 años.

¿Qué es la andropausia? ¿Cómo reconocer sus síntomas?
¿Con qué tipo de andropaúsico convivo? ¿Qué nivel de tolerancia tengo
a los síntomas propios de la etapa que atraviesa? ¿Qué actitud debo tomar?

Esta obra responde a ésta y a muchas otras preguntas que suelen hacerse
las mujeres, y también provee instrumentos para que puedan hacerlo ellas
mismas, desde tests específicos hasta testimonios de otras mujeres que ya
atravesaron por la experiencia de convivir o de compartir ciertos momentos
de sus vidas con un andropáusico.
Dice Goldberg:

"Es un hombre de unos 45 años más o menos, que primero pasa por un período de
pre-andropausia, como la pre-menopausia en la mujer. Presenta algunos síntomas
característicos: mal humor, irritabilidad, calores, tendencia a medirse con tipos
más jóvenes en el trabajo y otros ámbitos, grandes replanteos de vida, necesidad
de mostrar su poder a través de distintos objetos. Se vuelve consumista: el poder
está para él, en nuevas adquisiciones materiales. Como se les acaban los cartuchos,
andan como con cierto apuro. Todas las cualidades de este buen hombre,
se acrecientan. Están más marcadas. Y se pone más aburrido, si es ordenado,
más maniático del orden, si es intelectual, racionaliza todo lo que le pasa en
pos de su justificación. Definitivamente se puede llegar a poner muy filosófico
alegando que no necesita nada, básicamente porque no se siente capaz de lograr
lo que necesita. Hasta sus fortalezas se tornan debilidades. Ante esto, no tolera
frustraciones.Se da una baja de testosterona muy fuerte. Los espermatozoides
no son los mismos. Hay algo hormonal y hay calores, aunque estén atribuidos a las
mujeres. El hombre lo sufre igual que la mujer, lo que pasa es que no saca el
abanico en la cola del banco, sino que anda con el aire acondicionado a full en
su auto u oficina. No lo hace tan evidente, pero lo padece.
A la hora del amor, puede tener dificultades. Le cuesta con su pareja, y piensa que
sería distinto con una mujer más joven.
De hecho, el Viagra está pensado justamente para andropáusicos.

 


 


 

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